COMER SANO

Agua

“Es imprescindible para la vida. Mantiene la tensión arterial, nutre las células, hace funcionar el riñón y elimina sustancias de desecho. Es la base de los fluidos corporales como la orina o la sangre. La cantidad exacta para cada persona depende de circunstancias como su metabolismo o si vive en un sitio caluroso o no. De todas formas, entre uno y dos litros y medio de agua es algo razonable. Si no bebemos lo que nuestro cuerpo necesita, tendremos la piel seca y podremos desarrollar piedras en el riñón. Beber mucha agua tampoco es bueno: puede causar sobrecarga en el riñón y que se retengan líquidos. También es imprescindible ingerir el agua a través de alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales. De esta manera podremos mantener nuestro peso”.

Kiwi

Los kiwis, vitamina C (casi el doble que la naranja) y antioxidantes. La fruta peluda ayuda al organismo a defenderse de las agresiones externas. Es un guardián. Resulta útil para las dietas de adelgazamiento. A esto se une la fibra que esconde y el ácido fólico, especialmente bueno para las mujeres durante el embarazo, los niños en edad de crecimiento y las personas mayores.

 Nuez

Revoluciona el corazón. Una porción diaria ayuda a mejorar el síndrome metabólico, es decir, reduce la grasa del vientre, equilibra el colesterol y la presión arterial, además de los niveles de glucosa. No comer en demasía , porque tiene muchas calorías.

Canela

 China de ese país procede esta especie, que el resto del mundo hace tiempo que descubrió tanto en postres como en platos salados. Ayuda a metabolizar la glucosa, algo importante para la diabetes.

Pasta

La pasta,  se libera de forma lenta a lo largo del día. También es recomendable para personas que lleven a cabo un esfuerzo mental diario en esta lógica de trabajo en la que estamos instalados. Los hidratos de carbono deben componer el 50% de la dieta en una persona normal. Te pueden decir que favorece la obesidad, pero lo cierto es que se digiere con mucha facilidad.

 Manzana

Sus flavonoides y su quercitina tienen excelentes propiedades antioxidantes, así que previenen enfermedades, entre ellas, algunos tipos de cáncer. Gran parte de la manzana es agua, pero ella no se contenta con eso: dulce y saludable, aporta azúcares y fibra. Y nada de pelarlas. Para que sus beneficios lleguen al organismo hay que comerlas con piel, después de lavarlas bien, eso sí, porque pueden contener residuos de pesticidas.

Patata “PAPA”

Aporta mucha energía debido a los carbohidratos, especialmente almidones, y juega un papel importante en situaciones de malnutrición y pobreza.

Cítricos  Naranja y mandarina ,etc.

No engordan. El nutriente estrella es la vitamina C. Una naranja mediana o un vaso de zumo cubren prácticamente los 60 miligramos de vitamina diaria en una persona adulta. Y su poder antioxidante repele las células cancerosas.

Espárrago

Aportan pocas calorías y mucha fibra, minerales (potasio, calcio, magnesio…) y vitamina E.

Leche

Te protege con el calcio. La enfermedad ósea más frecuente es la osteoporosis, que hay que prevenir desde la infancia, un momento crucial de la vida. De ahí que los niños tengan que tomar entre tres y cuatro unidades lácteas cada día. Y luego, en las mujeres, durante la menopausia es fundamental.

Yogur

La lactosa, ese dolor de cabeza para casi el 50% de la población. Si se tiene intolerancia a la leche hay que recurrir a los productos lácteos. Su valor nutritivo es muy similar al de la leche, pero su sabor y consistencia le dan personalidad propia. Tanto, que protege la flora intestinal, previene diarreas e infecciones. No vale decir que no gusta: los hay en muchos sabores .(En las personas mayores es mas fácil de digerir que la leche )

 Especias

En la antigüedad su importancia era tal, que se les atribuían propiedades mágicas, afrodisiacas y curativas. Empleadas sabiamente, enriquecen las recetas y potencian los sabores. Las picantes son irritantes para la mucosa gástrica, por lo que han de emplearse poco. El perejil es una de las más usadas y aporta vitamina C y minerales. Otra ventaja de las especias es su larga vida.

Huevo

El huevo de gallina constituye uno de los productos más comunes de la dieta humana. La clara está formada por proteínas de alto valor biológico. La yema es rica en grasa saturada, colesterol, lecitina y luteína. Ventajas: el precio asequible. Inconveniente: las bacterias a las que están expuestos, lo que puede favorecer, si su preparación no es cuidadosa, salmonelosis o diarrea. Así que la consigna es: huevo bien hecho, bien cocido, bien frito.

Lechuga

Aporta pocas calorías y por eso es utilizada en dietas para adelgazar. La fibra y los minerales (en especial el potasio) le dan todavía más puntos saludables

 Tomate

Un estudio ha probado que comer tomates reduce el riesgo de cáncer de próstata en un 35%. Los beneficios son incluso mayores cuando se consume en forma de salsa de tomate al menos dos veces por semana. Con todo, consumirlo crudo es imprescindible, ya que conserva todos sus nutrientes. En lo posible quitarles la piel que contiene un diurético.

 Judía verde

Por los hidratos de carbono, una pequeña cantidad de proteínas, la fibra, el potasio, el magnesio, los betacarotenos y la vitamina C, entre otros nutrientes. Ellos son los que la hacen saludable y ponen a tono el organismo. Además, las judías aportan menos de 30 calorías por cada 100 gramos.

Café

Es una de las bebidas más antiguas de la historia. Al café se le han atribuido cualidades mágicas y religiosas. Hoy sigue siendo una religión para muchas personas. Sí, la cafeína activa, estimula, aumenta la memoria y eleva el rendimiento en las tareas de razonamiento. Algunos estudios demuestran que los consumidores de café tienen menor riesgo de padecer Parkinson o Alzheimer.


Es una de las bebidas de mayor consumo, por encima del café y el vino. Estimula el ritmo cardiaco, previene las enfermedades del sistema nervioso y el Alzheimer.

Cacao

Beneficia a la tensión arterial. El efecto es similar al que logran algunos fármacos contra la hipertensión. Un dulce nunca amarga a nadie, pero tampoco hay que pasarse, porque engorda.

Edulcorante

La preferencia por lo dulce se da desde la infancia. Los edulcorantes hipocalóricos aportan a los alimentos un sabor similar al azúcar. Se usan en muchos productos light y los pueden consumir los diabéticos. Estudios realizados en edulcorantes con base en espartano  han revelado que el uso prolongado puede ocasionar cáncer , tumores, y acelerar el  Alzheimer, Parkinson en las personas que lo padecen.

Almendra

Es recomendable por su grasa insaturada, adecuada para controlar el colesterol. Como ocurre en el resto de frutos secos, su único problema es el elevado poder energético.

Sal yodada

Evita la deficiencia de yodo, que la sufren los escolares y las embarazadas. La sal puede prevenir el retraso del crecimiento y potenciar el desarrollo intelectual.

 Zanahoria

Contiene  betacaroteno, tras ser absorbido en nuestro cuerpo, se transforma en vitamina A o retinol, esencial para la vista, la piel y las mucosas. También contiene hidratos de carbono y fibra.

Pollo

Se puede preparar en infinidad de platos. Incluso en ensaladas. Su aporte de proteínas de alto valor biológico, vitaminas A, B6, B12, hierro, fósforo,etc.

 Guisantes (POROTOS)

No es una verdura, como a veces se le llama, sino una leguminosa. Por eso, por los almidones y las proteínas vegetales, tiene un alto valor energético. El contenido en grasas, en comparación con el resto de nutrientes, no es relevante. Sólo se les puede reprochar una pequeña pega: la cantidad de fibra puede hacer que se produzcan gases y que resulten indigestos.

Alcachofa

“Es una verdura muy noble. Sólo tiene un inconveniente: no tiene un fácil maridaje con el vino por ese resabio metálico. A su favor hay que decir que aporta fibra, evita el colesterol y los triglicéridos, es antiinflamatoria, diurética y baja la tensión arterial. Eso sin contar con que es rica en minerales y vitaminas del grupo B. Un pequeño tesoro. Sólo cocidas.

 Piña

Su cantidad de agua (más del 75%) la convierte en idónea para el verano. Prácticamente carece de grasas y proteínas. Unas observaciones: la parte con más fibra es la del centro, el zumo de piña carece de fibra y la piña en almíbar tiene muchos azúcares.

Atún

Guarda en su carne proteínas de alto valor biológico, es decir, esas proteínas generan más proteínas y sintetizan músculos, hormonas y nuevas células. El atún también aporta grasas con mucho valor nutricional (ácidos grasos omega 3) que favorecen la circulación sanguínea, bajan los triglicéridos, mejoran el colesterol y nos hacen vivir muchos años. El atún es muy versátil y se puede guardar en conserva. No recomiendo que se consuma frito porque de por sí es ya bastante graso. Un pescado que ha alimentado hasta el Imperio Romano.


Jamón serrano

Es la carne curada, salada y desecada. La grasa infiltrada puede llevar a pensar que su valor calórico es muy alto. Pues no. Es claramente inferior al de otros embutidos. El jamón posee ácido oleico monoinsaturado (el del aceite de oliva) y es una fuente de proteínas.

 Ajo

El ajo es bueno, dice la cultura popular. Estudios demuestran que protege de algunos cánceres. Los beneficios del ajo se atribuyen a la alicina, un compuesto que usa la naturaleza para proteger esta hortaliza de insectos, hongos y bacterias.

 Cebolla

En algunos papiros egipcios aparece como alimento indispensable para los esclavos que construyeron las pirámides. Hoy se sabe que la quercetina protege las células. La cocción de la cebolla destruye sus nutrientes, así que siempre se debe comer cruda.

Pimiento (MORRON)

Verde que te quiero verde en ensaladas y guisos. Tiene poco valor calórico, son una buena fuente de vitamina B y C y antioxidantes. La nota negativa la pueden poner las personas con problemas de estómago, ya que puede resultar indigesto.

Calabacín

El agua , es la sustancia que más contiene. También están presentes los hidratos de carbono y una parte moderada de fibra.

 Frutos rojos

En primavera, fresas y frambuesas ponen colorido tras los días de invierno. El verano trae cerezas y picotas. Estas frutas las pueden consumir quienes estén a régimen. Son antioxidantes, tienen pocas calorías, fibra y propiedades diuréticas y laxantes. Además, fortalecen las defensas,

 Bayas tibetanas de Gobi o Goji

“Éste es un producto novedoso, aunque se conoce desde tiempos milenarios. Se parece en la forma a la guindilla cayena. Pero son como pequeñas cerezas desecadas procedentes del Tíbet. Aportan muchos nutrientes: vitamina C, con una concentración mayor que cualquier otra fruta conocida; vitaminas A, B1, B2, B6 y E. Este fruto es ya una referencia por sus poderosos antioxidantes. Gracias a las sinergias de todos estos nutrientes, las bayas del Goji refuerzan nuestro sistema inmunológico, cuidan el corazón, el hígado y los riñones, mejoran la vista, regulan el apetito y el sueño. Por algo se les llama las bayas felices.


Aceite de oliva virgen

“Ésta es una reivindicación de la dieta mediterránea. En la vitamina E y los antioxidantes del grupo de los polifenoles está el secreto. La grasa monoinsaturada previene la arteriosclerosis, no eleva el colesterol malo (LDL) y limpia las arterias. Últimamente se han descubierto beneficios en el desarrollo del cerebro: retrasa la demencia y aumenta la memoria. Al tomarlo crudo, en tostadas, es cuando más vitaminas aporta”.

 Setas “Hongos”

El champiñón es la estirpe más extendida. Estos hongos poseen sustancias con efecto de fibra dietética. Contienen triterpenos, que están siendo investigados como posibles luchadores contra tumores. Ojo, que también existen setas tóxicas.

Vino tinto

“Lo indican numerosos estudios: el consumo moderado de vino tinto es beneficioso.  Por los policenoles, que se encuentran en la uva y durante la fermentación pasan al vino. Así se convierte en antioxidante. Baja el colesterol malo, aumenta el bueno y previene el envejecimiento prematuro porque protege las células, previene tumores, catarros y cardiopatías. El mejor tinto es artesanal. Una copa diaria es una medida razonable para un producto que realza el sabor de las comidas y también es un elemento social.

 Brócoli

Óptima para adelgazar. El brócoli es de armas tomar: se le atribuye una capacidad de protección frente a algunos tipos de tumores. Los antioxidantes y fitoquímicos aumentan la actividad de ciertas enzimas cuya función es bloquear o eliminar el empuje de los agentes cancerígenos.

Soja

“Una prueba: ha constituido la fuente de alimentación del pueblo asiático. Su proteína no aporta los valores negativos de las proteínas animales, tales como exceso de grasa, colesterol, hormonas, colorantes, conservantes… Los aminoácidos esenciales de la soja repercuten sobre todo en la mujer porque disminuye las descompensaciones hormonales. La soja se puede tomar en forma de tofu (el equivalente a nuestro pan), en bebidas que la lleven incluida y en forma de germinados para disolverla en ensaladas, estofados, verduras…”.

Arroz

“Es el alimento comodín de nuestra sociedad. Está en la base de la pirámide de los alimentos y es el sustento de muchas culturas. El arroz aporta proteínas, que sirven para construir tejidos en el organismo. Además, contiene vitaminas, minerales e hidratos de carbono, que aportan energía. Se podría consumir una ración de arroz de forma diaria y sería sanísimo. Lo mejor es que existen infinidad de maneras de presentación, por lo que nunca nos podremos aburrir de consumirlo.

Lentejas

Sus principales características son su facilidad de conservación y su alto valor nutricional. Contienen una gran cantidad de proteínas (de 20 a 22 gramos por cada 100 de alimento). Por eso alguna vez se le ha denominado como la carne de los pobres. Y es un plato sencillo de preparar y nos recuerda a las abuelas. ¿O no?

 Judías blancas

Leguminosas que son de fácil cultivo, poco exigentes en cuanto al clima y al suelo y mejoran la fertilidad del terreno. El resultado es que las judías blancas son baratas y de fácil conservación. Es la causa de que hayan sido uno de los platos básicos de la población en épocas de escasez. Confieren bastante energía y hierro.

Vinagre

Otro alimento centenario. Es el producto de la fermentación de los zumos de diferentes frutas. Su valor calórico es bajo y, además, hacen que las ensaladas estallen en sabor. Puede disminuir la elevada carga de carbohidratos de una comida que incluya alimentos como arroz o patata; el vinagre y su capacidad reguladora.

 Espinaca

La espinaca resiste muy bien la congelación y posee fibra, vitaminas, minerales y pequeñas cantidades de calcio y hierro.

Pescado

Sus ácidos grasos omega 3 son su fuerte porque alejan los infartos. Se deben consumir, al menos, dos veces por semana.

Gambas “Camarones”

Las gambas guardan proteínas de calidad y son, relativamente, bajas en energía. Nos ayudan con fósforo y yodo. Si se cuecen con sal, pueden elevar la tensión arterial. Comerlas con limón, con especias o condimentos aromáticos.

Mejillones

El mejillón resalta por sus proteínas y su bajo nivel de grasas. Cuidado: pueden transmitir diarreas si se consumen crudos o poco hechos. Un consejo, al vapor.

Pan de levadura madre

“El pan se ha convertido en algo industrial. Compras una barra y ves cómo le han quitado la fibra para que quede blanco y fino. Le echan conservantes para que la masa se levante pronto, y la harina está tan procesada que han desaparecido las vitaminas. Yo aconsejo el pan de levadura madre, que lo puede elaborar cualquier persona en su casa. Se hace así: mezclamos harina y agua y lo dejamos reposar 24 horas; luego veremos que ha fermentado y lo mezclaremos con más harina y frutos secos. Este pan mejora el sistema digestivo, previene enfermedades del corazón, baja el colesterol y limpia la sangre. Es como el pan de antes”.

Maíz
Su alto contenido en hidratos de carbono de fácil digestión, lo convierten en un alimento ideal para los niños y  deportistas. Aconsejable en personas con deficiencia de Magnesio.
Su harina es idónea cuando existen problemas de alergia o intolerancia al gluten. Su aporte en fibra, favorece la digestión y reduce el colesterol.
Además nos ofrece el antioxidante Betacaroteno, muy recomendado en la prevención del cáncer. También tiene vitaminas del grupo B, específicamente B1, B3 y B9, las cuales actúan ante el sistema nervioso. Fue el alimento básico en la dieta de los Incas, Mayas y Aztecas.

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